Como podréis comprobar, la dejadez y abandono generalizado
de nuestra urbanización por parte del Ayuntamiento de Benalmádena para nada
tiene que ver con las intenciones para la que fue concebida. Es sabido por
todos la cantidad de impuestos que cada año tenemos que pagar los vecinos de Torremuelle al ayuntamiento y
la carencia de servicios de calidad que recibimos, aparte de las cuotas de
comunidad que cada vez tiene menos sentido seguir abonando.
Quizás los actuales gobernantes, así como también muchos de
los vecinos que residen en esta urbanización, no saben que Torremuelle fue
Centro de Interés Turístico Nacional, y decimos fue porque ahora va camino de
ser, entre otras cosas, una urbanización marginal con parques públicos convertidos en vertederos ilegales, calles y aceras llenas de hoyos, farolas dobladas, jardines abandonados, monumentos destrozados, entorno protegido convertido en "pub de
carretera" y con restaurantes a los que el Ayuntamiento les conceden
autorizaciones para que den conciertos en directo y lancen fuegos artificiales sin medidas de seguridad para que molesten a los vecinos, etc., etc.
Los gobernantes de este Ayuntamiento no son conscientes de
la importancia de seguir manteniendo viva esta urbanización de cara a la
repercusión turística. Parece ser que cobrarnos el IBI, plusvalías, tasas de
basura, impuestos de circulación y el agua a precio de gasolina son los únicos
intereses que despertamos para seguir obteniendo ingresos de esta urbanización para
invertir en otros lugares del municipio para hacer política y obtener votos.
Historia:
La explosión del sector turístico español y la declaración de los Centros de Interés Turístico Nacional.
En la década de los 60,
coincidiendo con la llegada de Manuel Fraga Iribarne al Ministerio de Información
y Turismo, el sector turístico español va a cobrar un papel destacado en las
políticas estatales de planificación económica desarrolladas por el franquismo.
La relevancia que en la economía española fue adquiriendo el turismo provocó
que este sector se convirtiera en objeto de atención preferente en la
planificación económica. No en vano, el crecimiento que experimentó el turismo
exterior posibilitó la arribada de una importante cantidad de divisas que
permitió equilibrar la balanza de pagos española.
La planificación del turismo se
materializó en políticas de regularización y fomento del sector, destinadas al
desarrollo ordenado y a la promoción de nuevas zonas turísticas y de espacios
naturales potencialmente atractivos, que hasta el momento no habían sido
explotados por la falta de iniciativa privada y por la ausencia de políticas
públicas de fomento. De un lado, se
pretendía impulsar nuevos focos turísticos en zonas vírgenes, sin que
conllevara un desarrollo urbanístico desordenado, que a la larga pudiera
resultar contraproducente y poco atrayente al turismo extranjero. De otro
lado, se establecieron ventajas económicas y jurídicas para hacer estas zonas
atractivas a la inversión de capital privado.
Los Centros de Interés Turístico
Nacional quedaban definidos como áreas delimitadas de territorio que, teniendo condiciones especiales para la
atracción del turismo, serían ordenadas racionalmente en cuanto a la
urbanización, servicios e instalaciones precisas para su mejor aprovechamiento.
Para que una zona fuera declarada
Centro de Interés Turístico Nacional debía cumplir tres condiciones: una
capacidad mínima de quinientas plazas en alojamientos turísticos; una extensión
superficial no inferior a diez hectáreas; y servicios adecuados a su capacidad de
alojamiento. Además, los centros turísticos ya existentes podían conseguir la declaración como Centro de Interés
Turístico Nacional siempre que se asentaran en territorios de belleza natural,
contaran con facilidades para la práctica de la vida y deportes al aire libre,
o la existencia de lugares o edificios de interés artístico, histórico o
monumental.
En el Archivo General de
Andalucía se conservan los expedientes de declaración de los Centros de Interés
Turístico Nacional andaluces que obtuvieron dicha calificación del Ministerio
de Información y Turismo, expedientes que pasaron a la Junta de Andalucía
cuando ésta asumió las competencias en materia de turismo. En concreto,
corresponden a 30 Centros de las provincias de Málaga (6), Cádiz (9), Huelva
(4), Almería (6), Granada (4) y Sevilla (1).
La mayoría de ellos se ubicaban
en zonas costeras, buscando la puesta en valor de los terrenos colindantes a
las playas. En la Costa del Sol de Málaga se declararon Centros las
urbanizaciones de Nueva Andalucía y Pinomar, en Marbella; Torremuelle, en Benálmadena; La Nava de San Luis, en Parauta; y
Benahavis, en el municipio homónimo).
Fuente: Archivo General de
Andalucía, Junio 2012. Junta de Andalucía.
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