Vecinos de Torremuelle alertan de que están en riesgo de quedarse sin alumbrado público




La semana pasada, representantes vecinales de Torremuelle mantuvieron una reunión con el alcalde de Benalmádena, Víctor Navas, para manifestarle la situación general en la que se encuentra su urbanización y el riego de quedarse sin alumbrado público debido a que el Ayuntamiento no cumple con el convenio firmado, en 2011, con la Comunidad de Propietarios donde el Consistorio se comprometía a abonar las facturas del alumbrado público, algo que no está haciendo y cuya deuda asciende a más de 50.000 euros. Además de no abonar las facturas, también se niega al mantenimiento de la misma. De igual modo ocurre con el agua de riego de los jardines públicos cuya deuda supera los 65.000 euros.

Los más de diez kilómetros de calles que configuran la urbanización Torremuelle son usados, además de los residentes, por los clientes y trabajadores de dos hoteles y diversos establecimientos, así como también por los usuarios del tren de Cercanías y los padres de los alumnos de un colegio. La instalación eléctrica de las calles de Torremuelle tiene más de cincuenta años. El riesgo de quedarnos sin alumbrado público es inminente, ya que desde hace un par de años cada vez que llueve se producen apagones en varias zonas de la urbanización, que tardan semanas en repararse. En invierno, cuando los días son cortos, la situación puede llegar a ser dantesca.

Para solucionar estos problemas, el Ayuntamiento se basa en dos absurdas pretensiones. Una es la dificultad de obtener un “boletín” que pide Endesa para cambiar la titularidad de los contratos, haciendo oídos sordos, a la consideración de que el Consistorio viene disponiendo en los últimos 17 años de estos viales como propios cargando el mantenimiento y conservación solo en los vecinos primitivos de Torremuelle. Y la segunda es la necesidad de modificar el diseño de acerado, poniendo dos aceras a las calles y soterrando la red de pluviales, y sustituir toda la instalación eléctrica para adaptarla a la actual normativa. Con la ejecución de estas obras, además de solucionarse el problema del alumbrado público, los vecinos podríamos "solicitar" la recepción de la urbanización completamente. Realizar estas obras no nos garantiza que se recepcione nuestra urbanización, sino que se trata de un requisito para 'solicitar' esa recepción, es decir, que todo depende de la voluntad política del equipo de gobierno.

Para la ejecución de estas obras, el Consistorio ha dado un presupuesto valorado en más de dos millones de euros que debemos abonar los residentes de la urbanización. Los vecinos de Torremuelle -la mayoría jubilados españoles y extranjeros- no estamos dispuestos a acatar gastos que consideramos una injusticia.





Esta situación ha generado un alto nivel de enfado e insatisfacción en los residentes de la urbanización. Por ello, la semana pasada, varios vecinos acompañados de su abogada, Inmaculada Gálvez, acudieron a una cita con el alcalde con el objetivo de llegar a un acuerdo para apaciguar los problemas de Torremuelle. La abogada de la asociación de vecinos contó al alcalde el modo en el que se ha resuelto un problema similar en Marbella, analizando también el ya solucionado conflicto de la urbanización Torreblanca con Fuengirola y la nueva senda que han iniciado en Mijas con la recepción del 70% de las urbanizaciones.

El encuentro de los representantes vecinales con el regidor fue infructuoso. El alcalde no mostró ninguna voluntad política de solucionar los problemas de Torremuelle mediante acuerdos, y remitió a los vecinos a seguir esperando las decisiones de los tribunales de justicia. Los representantes vecinales consideran injusto que cuando el Ayuntamiento medió para que la empresa municipal de agua (Emabesa) se hiciera con la gestión e infraestructura hidráulica de la urbanización "no les importó el estado en el que se encontraba, y se sigue encontrando, la infraestructura donde la mayoría de las tuberías son de fibrocemento compuesto de amianto". En cambio, para que el Ayuntamiento abone las facturas del alumbrado de nuestras calles sí nos exigen que los vecinos adaptemos la instalación eléctrica a la actual normativa, requisito que no se especifica en el convenio que se firmó en 2011 con el Consistorio.

Resulta paradójico que cuando contratamos el suministro de agua con la empresa municipal no hizo falta adaptar nada a la normativa. Todo fueron facilidades porque a ellos les interesaba ingresar los millones de euros que facturan de agua de todas las viviendas de Torremuelle, pero para que el Ayuntamiento pague el alumbrado público de nuestras calles y nos arreglen las farolas, todos son impedimentos.

Hace un año, el Tribunal Superior de Justicia dictó dos sentencias. Una de ellas es la que obliga al Ayuntamiento a demoler el apartotel que ilegalmente permitió construir frente a la estación de tren de Torremuelle. La otra sentencia obliga a recepcionar definitivamente los viales de esta urbanización. Estas demandas no son nuevas. Viene de reivindicaciones no satisfechas en los últimos quince años. Hay que tener en cuenta que el Ayuntamiento, en 2001, tomó posesión de los viales inscribiéndolos en su patrimonio pasando a ser de titularidad pública y, por consiguiente, disponiendo de ellos como acceso a media docena de promociones urbanísticas que se han construido en los alrededores de Torremuelle. Hoy, las calles y puentes que nacieron como privadas son usadas sin ninguna restricción por todos los vecinos de Benalmádena y por empresas constructoras que vuelven a edificar en su contorno.

El Ayuntamiento, en sus corporaciones sucesivas y alternantemente del PP y de PSOE, han utilizado todos los recursos posibles para dilatar la ejecución. "Martingalas legales" que incluso los jueces han llegado a reprender al alcalde por sus repetidas acciones dilatorias.

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